El lugar donde las cosas suceden primero
NUESTRA HISTORIA
La historia de nuestro edificio empieza hace más de un siglo de la mano de dos personalidades creativas y visionarias, el político y mecenas Francesc Cambó y el arquitecto Noucentista Adolf Florensa. El primero impulsó la creación de su espectacular casa y oficinas en un lugar inusual para aquel entonces, y el segundo materializó sus deseos en un imponente inmueble siguiendo el estilo arquitectónico de la escuela de Chicago, la gran capital de la vanguardia arquitectónica. Hemos convertido este mismo lugar en un hotel, Grand Hotel Central, en homenaje al espíritu pionero y hedonista de sus creadores, un hotel que enmarca una historia que merece ser conocida mientras se disfruta de cada uno de sus rincones.
Un edificio pionero de los años 20
El centro de Barcelona es donde está la esencia de la ciudad. Nuestro edificio se fundó tras la convicción de que éste era el lugar dónde las cosas sucederían primero, y así ocurrió. Representó una visión nueva y cosmopolita de la ciudad. Fue el primer inmueble de Vía Laietana, motivó su industrialización convirtiéndose en una nueva avenida que conectaría la antigua ciudad romana con la nueva Barcelona. Fue el edificio más alto de la época y uno de los primeros en tener ascensor. Por aquel entonces, lo común era que las clases burguesas viviesen en el barrio del Eixample y tuvieran sus residencias en la primera planta de los edificios. No obstante, el visionario Cambó incorporó el ascensor en su inmueble invirtiendo la jerarquía del piso principal, para situar la vivienda familiar en el ático.
Otro rasgo insólito para la época fue el jardín que construyó en el piso superior. Se trataba de un “jardín secreto", ya que su existencia no era conocida por la mayoría de la gente de la ciudad y el acceso era limitado. El impresionante jardín neoclásico de dos pisos y de más de 1.000 metros cuadrados, sigue cautivando con todo su esplendor de antaño. El diseño fue obra del paisajista francés Jean Claude Forestier y de su genial ayudante catalán Nicolau Rubio y Tudurí, que también ajardinó destacados emplazamientos de Barcelona como Montjuïc, la plaza Francesc Macià, el palacio real de Pedralbes o el Turó Park. La singularidad de nuestro ““jardín secreto", radica no sólo en que fue el primero que se construía en la cubierta de un edificio, sino en su diseño, que siguió las tendencias estilísticas de la época; la vuelta al mundo clásico como testifican sus fuentes, esculturas y elementos arquitectónicos. La vegetación del jardín es genuinamente mediterránea como la de aquel entonces: enormes naranjos, limoneros y cipreses se mezclan con buganvillas, jazmines y flores de todos los colores.
En la actualidad, este edificio histórico cuidadosamente restaurado que evoca la historia de Barcelona, pero también la modernidad y la vanguardia de sus ricos orígenes, alberga un hotel de 147 habitaciones, dos restaurantes, un spa, un gimnasio, una biblioteca de época, espacios para eventos, un jardín secreto y una azotea con piscina desbordante, donde nuestros clientes pueden disfrutar de tranquilidad y hermosas vistas, estando en el bullicioso y vibrante casco antiguo de Barcelona.
FRANCESC CAMBÓ
Francesc Cambó i Batlle (1876 - 1947) no fue sólo un relevante político, sino un importante mecenas comprometido con la cultura. Creó la Fundació Bernat Metge, la Fundació Bíblica Catalana, la Fundació Hebraico-Catalana y la Editorial Alpha, y dedicó su vida a promover la cultura y la lengua catalana. De 1927 a 1936, su pasión por el arte le llevó a crear una notable colección, que tras su muerte fue donada a museos de Barcelona y Madrid.
CURIOSIDADES SOBRE FRANCESC CAMBÓ
Francesc Cambó fue un precursor en la divulgación de la cultura y del arte pictórico, no sólo en Cataluña sino en toda España.
Desempeñó un papel pionero en la expansión de la lengua catalana, traduciendo cerca de 450 libros clásicos, griegos y latinos, mediante su editorial Bernat Metge.
En calidad de uno de los principales mecenas privados del Museo del Prado de Madrid, realizó importantes aportaciones artísticas.
Su destacada colección de arte pictórico, que abarca desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, fue donada tras su muerte al Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Desde 1997, una estatua de bronce de Francesc Cambó diseñada por Víctor Ochoa, se exhibe en Vía Layetana.